El IES CEPEA institución que fundamos hace 47 años, recientemente desarrolló el Congreso Nacional de asistentes de gerencia y trabajadores administrativos, el cual ofreció un temario de suma importancia con el propósito de lograr el incremento de información y propiciar el desarrollo de capacidades y competencias en los trabajadores.
A través de las 11 conferencias pudimos apreciar en común una fotografía de la realidad que vive el Perú y el mundo, y está caracterizada por una crisis sanitaria y económica, la crisis que se expresa en el conjunto de hábitos los cuales obligatoriamente tienen que ser modificados.
Se afirmó que para el desarrollo de las empresas es importante considerar todo el aspecto del conocimiento sobre la ciencia administrativa, económica, y las disciplinas que estén concentradas a desarrollar “estrategia”, pero debe estar acompañada por una herramienta fundamental a tener en cuenta en gestión “tecnología”, pero nada será posible si no se toma en cuenta, lo más importante “el hombre”.
Cuando analizamos al hombre, vemos que es el resultado de todo un proceso de aprendizajes, en base a todo lo que ha podido almacenar en la mente, todo el conjunto de conocimientos, información que la ha permitido desarrollar a su vez habilidades y competencias.
Pero todo este conjunto de aspectos cognitivos, está ligado fundamentalmente a algo, “hábitos”.
Esto de hábitos me llamo la atención profundamente porque me hizo recordar un libro que estuvo en mis manos del periodista Charles Duhigg, que se titula “el poder de los hábitos”.
Una importante obra que cuenta con la intervención de psicólogos, sociólogos, genetistas, neurólogos, y estaba dirigida exclusivamente a demostrar cómo los hábitos de acuerdo al conocimiento y cultura, van a determinar la forma de hacer o concentrar lo que se llama el patrón, un patrón mental, eso que llaman hábito, cómo estos patrones mentales van a determinar patrones conductuales en la mente, los cuales a su vez van a determinar el destino y van originar lo que el hombre será capaz de hacer, aportar y señalar su propia orientación de vida.
Los hábitos definitivamente son modificables, el hombre debe ir evaluando sus hábitos para ver si son positivos en el desarrollo de su cotidianidad, y en las empresas deben de desarrollar la cultura de hábitos conductuales de carácter mental y de cotidianidad a fin de que puedan tener y mantener una cultura organizacional y un clima laboral positivo, en el que la interacción laboral y humana con la aplicación de todo lo que hoy se conoce en el campo de la psicología, como las habilidades blandas, influyan positivamente en el trabajador y él resulte más aportante y pueda desarrollar todo el conjunto de sus funciones que al final van contribuir a la calidad de la institución y del profesional.
Recordemos que la calidad individual del profesional va influenciar en lo que es la competitividad, que es el sello del modelo societario en el que vivimos.
Lógicamente que los hábitos deben ser modificados dentro de este modelo, en la medida que la sociedad respete algo que es inalienable, inherente al hombre, el paradigma en el mundo, esto es la libertad, la cual se debe de preservar y se debe cuidar para evitar una sociedad mutilada o cercenada.
Wilder Calderón Castro
26 de abril 2021
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